En el marco del Día Mundial de la Tuberculosis brindamos información acerca de esta enfermedad que se transmite a través de la saliva, entendiendo de qué se trata, cómo prevenirla y cómo tratarla en caso de contagio.
La tuberculosis es causada por una bacteria llamada Mycobacterium tuberculosis. Estas bacterias por lo general atacan a los pulmones, pero también pueden atacar otras partes del cuerpo, como los riñones, la columna vertebral y el cerebro.
¿Cómo se contagia?
El contagio se produce cuando la persona enferma elimina pequeñas gotas de saliva que contienen bacilos al toser, hablar o expectorar, teniendo mucha relación las características del ambiente y la frecuencia y duración del contacto, es decir de persona a persona.
A nivel mundial, en 2019 se estima que 10 millones de personas se enfermaron de tuberculosis, con un estimado de 1.4 millones de muertes por esta infección, de ellas, 208.000 tenían VIH.
Resulta importante prestar atención a estas cifras con el fin de generar el cambio y tratar de disminuir las fuentes de infección, incrementando las tareas de detección temprana y el seguimiento de las personas bajo tratamiento para evitar su abandono.
Se trata de un tema de salud pública que nos aqueja a todos, no solo como causa de enfermedad sino también como causa de mortalidad. No debemos olvidar que existen otros factores que determinan la ocurrencia de esta, factores sociales y sanitarios.
Diagnóstico y tratamiento
El diagnóstico de tuberculosis se puede realizar a través de la bacteriología (baciloscopia), radiología, reacción de PPD (va a mostrar infección, no la enfermedad) y otras técnicas de laboratorio.
La mayoría de los pacientes con tuberculosis se curarán si reciben tratamiento y si cumplen el mismo de manera adecuada. La gran mayoría de los casos se puede tratar en forma ambulatoria.
La forma más eficiente de garantizar el tratamiento correcto es la administración supervisada de los medicamentos por algún integrante del equipo de salud, durante todo el tiempo que dure el mismo, es lo que se conoce como TAES (tratamiento estrictamente supervisado) o TDO (tratamiento directamente observado), es el esquema promovido por la Organización Mundial de la Salud (OMS), ya que se mejora la adherencia al tratamiento y baja el riesgo de aparición de multirresistencia debida a la toma irregular de los medicamentos y el abandono, generando la persistencia de la enfermedad y la posibilidad de seguir transmitiendo la misma.
Además de iniciar el tratamiento en la persona con diagnóstico de tuberculosis, es muy importante registrar y evaluar los contactos que viven con la persona o que tienen relación, controlando si presentan o no sintomatología, si están vacunados o no.
Vacunación y prevención
La vacuna BCG protege contra la tuberculosis, y es efectiva y segura para prevenir las formas severas de la enfermedad. Debe administrarse al nacimiento antes del alta sanatorial, siempre que el peso del recién nacido supere los 2kg. Se recomienda la aplicación de la vacuna BCG en los menores de seis años en el caso de niños que no hayan recibido la vacuna, sin documentación de vacunación y sin cicatriz.