A medida que avanza la edad, los cambios en el organismo van haciéndose presentes. Es importante saber que existen prácticas simples que ayudan a regularlos y permiten a las personas mayores gozar de una buena salud. En la siguiente nota, brindaremos algunas claves para cuidar la salud en esta etapa de la vida.
Alimentación equilibrada
Llevar una alimentación equilibrada es una de las claves fundamentales para que los adultos mayores puedan disfrutar de una vida saludable.
Los cambios en el aparato digestivo se manifiestan en el tránsito intestinal, siendo el más preocupante el estreñimiento (disminución de la frecuencia con que se evacua las heces). Los factores que contribuyen a este cuadro son: el efecto de medicamentos que alteran el tránsito intestinal, la falta de hidratación, el sedentarismo y la inmovilidad prolongada, el bajo consumo de fibras, vegetales y frutas, y ciertas enfermedades.
En este sentido, es fundamental consumir cuatro veces al día alimentos variados que contengan proteínas, hidratos de carbono, lípidos, sales minerales y vitaminas, e incorporar periódicamente alimentos ricos en fibras (frutas, verduras y granos enteros). Además, la comida debe ser de preparación simple, estimulante del apetito y de fácil masticación y digestión.
Recomendaciones para llevar una alimentación equilibrada
- Ingerir 4 o 5 porciones de leche, yogurt o queso descremados. Estos productos aportan proteínas, hierro, calcio, vitaminas y antioxidantes. El calcio es esencial ya que mantiene la fortaleza en los huesos y previene la osteoporosis.
- Reducir el consumo de sal.
- Disminuir el consumo de té o café porque alteran la calidad del sueño.
- Consumir abundantes líquidos (mínimo 2 litros por día). Con el envejecimiento disminuye nuestra percepción de la sed, pero nuestro cuerpo necesita del agua.
Actividad física regular
La mayoría de los adultos mayores puede realizar algún tipo de actividad física adaptada a su nivel de movilidad. Esto previene y propicia el tratamiento de la diabetes, el sobrepeso, la hipertensión arterial, la artrosis y la osteoporosis, favorece la función digestiva, mantiene la masa muscular y mejora la calidad de sueño. Una simple caminata durante 30 minutos a paso constante y sostenido, al menos 3 veces a la semana, resulta muy útil.
Cuidados generales
El cuidado de la piel también es muy importante, ya que ésta se vuelve más seca, pierde elasticidad y se hace más frágil a medida que envejecemos, facilitando la aparición de lesiones e infecciones. De igual manera merecen atención los pies, que pueden sufrir daños por causa de enfermedades, la mala circulación y las consecuencias de uñas mal cortadas o el uso de zapatos inadecuados. Los problemas de los pies son a veces la primera señal de problemas de salud como la artrosis, diabetes, trastornos neurológicos o circulatorios. Asimismo, la correcta salud de los dientes y la boca es esencial, ya que condiciona la ingesta de los alimentos necesarios para nutrirse.
En la tercera edad, puede producirse una disminución gradual de los sentidos, entre ellos la audición y la visión, debiendo evitar que estas situaciones lleguen a generar aislamiento social o algún accidente. La memoria también se ve afectada ante el proceso de envejecimiento pero mantenerse en actividad ayuda a combatir sus efectos.
Es importante destacar que los adultos mayores deben vacunarse periódicamente para poder prevenir enfermedades infecciosas graves. Las vacunas más útiles para este grupo son: Antigripal, Doble Bacteriana Difteria – Tétanos (cada 10 años), Hepatitis B y Antineumocócica.