Si bien a todos nos gusta refrescarnos, especialmente en los días de intenso calor, es importante tomar ciertas precauciones para prevenir situaciones que ponen en riesgo la vida, como el ahogamiento.
En la siguiente nota, te contamos cómo prevenir accidentes de este tipo y qué hacer si ocurren. Además, derribamos mitos y develamos verdades.
¿CÓMO SE PRODUCE EL AHOGAMIENTO?
Éste se produce cuando el aire no llega a los pulmones debido al ingreso de agua, lo que ocasiona falta de oxígeno en la sangre y puede, a su vez, derivar en un posterior daño cerebral.
MITOS Y VERDADES
Dentro de los mitos que obstaculizan la concientización, muchas veces se cree que son necesarias grandes cantidades de agua para que una persona se ahogue, sin embargo, esto no es así; asimismo, se suele pensar que no se trata de accidentes frecuentes, aunque la evidencia indica lo contrario.
¿CÓMO PREVENIR UN AHOGAMIENTO?
- No dejar a los niños solos en una bañera y, en el caso de las piletas, colocar un vallado que las rodee y supervisar permanentemente a los menores que están próximos a un área de agua, ya que esto reduce los casos de ahogamiento en un 80%.
- No nadar o navegar habiendo ingerido alcohol o algún tipo de sedantes o drogas ilícitas.
- Considerar la propia capacidad para nadar y no sobreestimar la misma. De necesitarlos, utilizar siempre dispositivos de flotación personales apropiadamente.
¿QUÉ HACER FRENTE A UNA PERSONA AHOGADA?
Ante una persona ahogada es esencial brindar primeros auxilios y una atención médica rápida.
En primer lugar, la atención pre-hospitalaria incluye el rescate y la resucitación inmediata del paciente, que mejoran la recuperación de las víctimas de ahogamiento. La necesidad de RCP tiene que determinarse tan pronto como sea posible, sin comprometer la seguridad del rescatista ni retrasar la extracción de la víctima del agua.
Por su parte, si el paciente no responde, hay que comenzar inmediatamente a practicar maniobras de RCP, debiendo hacer 120 compresiones torácicas por minuto hasta que llegue el servicio de emergencias, alternando la persona que las lleva a cabo para evitar el cansancio, las interrupciones y que disminuya la eficacia de cada compresión.
Salvo que cuente con un dispositivo de barrera (mascarilla) para brindar respiración boca a boca, intercalando 30 compresiones con 2 ventilaciones, durante 5 ciclos.
La ventilación es el tratamiento inicial más importante para las víctimas de lesiones por inmersión y la respiración de rescate debe comenzar tan pronto como el socorrista alcance aguas poco profundas o una superficie estable, debiendo alguien haberse comunicado previamente con el servicio de emergencias del lugar y solicitado si es posible un DEA (Desfibrilador Externo Automático) para utilizarlo de ser necesario.
Si la persona ahogada pareciera haberse recuperado, se la debe tranquilizar hasta que llegue la ayuda médica solicitada con anterioridad. No hay que subestimar estas situaciones y, en cambio, se debe administrar oxígeno suplementario para ayudar a mejorar la capacidad respiratoria.
Otra consideración a tener en cuenta es que, al estar mojada, la persona ahogada perderá rápidamente temperatura, entrando en hipotermia, por lo cual hay que procurar arroparlo con ropa seca.
Además, como los pulsos pueden ser difíciles de palpar en un paciente hipotérmico, se debe efectuar una búsqueda cuidadosa durante al menos un minuto antes de iniciar las compresiones torácicas.
Finalmente, al mover a una persona que se está ahogando, se debe tener extrema precaución y evitar voltearle o doblarle el cuello. En lo posible, hay que mantener la cabeza y el cuello muy quietos durante la reanimación cardiopulmonar y en el traslado.