La importancia de mantener un buen descanso radica en que el sueño permite al cuerpo revitalizarse, renovarse y reponerse. Además, ayuda al sistema inmunitario a funcionar mejor y mantiene a la persona mentalmente alerta.
La mayoría de los adultos necesita por lo menos 7 horas de sueño cada noche. En el caso de los niños, sobre todo en edad escolar, requieren una cantidad mayor, de entre 10 a 12 horas de sueño diario ininterrumpido.
Es que la falta de sueño repercute directamente sobre el bienestar de una persona y puede aumentar el riesgo de tener diversos problemas de salud, tales como enfermedad cardíaca, presión arterial alta y obesidad. También puede afectar la concentración y la memoria.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el bienestar completo se alcanza siguiendo una dieta equilibrada, haciendo ejercicio físico y, sobre todo, disfrutando de un sueño reparador.
Es importante remarcar que a veces las personas no pueden controlar los factores que interfieren en su sueño. Sin embargo, pueden adoptar hábitos que fomenten un mejor sueño. Estos son algunos consejos simples:
- Seguir un horario de sueño
Acostarse y levantarse a la misma hora todos los días, incluidos los fines de semana. La constancia refuerza el ciclo de sueño-vigilia del cuerpo.
Si la persona no se duerme en los 20 minutos posteriores a acostarse, debe salir de la habitación y hacer algo relajante. Se recomienda leer o escuchar música relajante; y volver a la cama cuando esté cansado. Repetir este procedimiento la cantidad de veces que sea necesario, pero continuar manteniendo el horario de sueño y el horario para despertarse.
- Prestar atención a lo que se come y se bebe
Evitar comer comidas pesadas o abundantes un par de horas antes de acostarse. El malestar puede mantener despierta a la persona.
También es fundamental tener cuidado con la nicotina, la cafeína y el alcohol. Los efectos estimulantes de la nicotina y la cafeína tardan horas en desaparecer y pueden interferir con el sueño. Además, aunque el alcohol puede hacer sentir somnolencia al comienzo, puede interrumpir el sueño más tarde en la noche.
- Crear un ambiente de descanso
Mantener tu habitación fresca, oscura y silenciosa. La exposición a la luz durante la noche podría hacer más difícil la conciliación del sueño. Evitar el uso prolongado de pantallas emisoras de luz justo antes de acostarse. Probar usar cortinas oscurecedoras, tapones para los oídos, un ventilador u otros dispositivos para crear un ambiente acorde a las necesidades.
Hacer actividades relajantes antes de acostarse, como tomar un baño o utilizar técnicas de relajación, puede promover un mejor sueño.
- Limitar las siestas diurnas
Las siestas largas durante el día pueden interferir con el sueño nocturno. Limitar las siestas a no más de una hora y evita dormir la siesta tarde.
Si se trabaja por la noche, puede que se deba tomar una siesta tarde en el día antes del trabajo para ayudar a compensar la falta de sueño.
- Realizar actividad física como parte de la rutina diaria
La actividad física regular puede promover un sueño mejor. Sin embargo, es recomendable evitar hacer actividad demasiado cerca de la hora de acostarte. Pasar tiempo al aire libre todos los días también puede ayudar.
- Controlar las preocupaciones
Se debe intentar resolver las preocupaciones o inquietudes antes de acostarse. Anotar lo que se tiene en mente y dejarlo para mañana.
El manejo del estrés podría servir de ayuda. Comenzar con lo básico, como organizarse, establecer prioridades y delegar tareas. La meditación también puede aliviar la ansiedad.