Los primeros 6 minutos después de un paro cardiorrespiratorio son fundamentales para salvar una vida. Por eso, es importante que la ciudadanía sea capacitada en las maniobras de Reanimación Cardiopulmonar (RCP) y poder implementarlas mientras se espera la llegada de profesionales de la salud.
A cauda de la muerte súbita, se producen en Argentina alrededor de 40.000 fallecimientos al año, según datos del Ministerio de Salud de la Nación. Ante esta emergencia, realizar las maniobras de Reanimación Cardiopulmonar (RCP) y saber utilizar un Desfibrilador Externo Automático (DEA) pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte, ya que cualquier persona puede brindar una primera asistencia hasta el arribo de los profesionales de emergencias médicas.
Cuando una persona sufre un paro cardiorrespiratorio, por cada minuto de retraso se pierde un 10% de posibilidad de reanimación. Según explica la Dra. Paola Caro (MN 113.445), directora Médica de vittal, “los primeros 6 minutos son cruciales para lograr revertir la condición e incluso para quedar sin secuelas o consecuencias”.
La RCP permite mantener la oxigenación de los principales órganos, con compresiones torácicas, en situaciones donde la persona no tenga pulso, no respira o haya tenido un evento súbito de pérdida de conciencia y haya cesado la respiración y la circulación.
“La mayoría de las eventualidades ocurren en lugares públicos, el trabajo o en el hogar. Con conocimientos en RCP y DEA, cualquier persona puede atender una emergencia en los primeros minutos y eso, muchas veces, puede salvar vidas”, enfatiza la Dra. Caro.
Así, indica que en casos en que la situación de emergencia sea compleja, “hay que realizar la reanimación cardiorrespiratoria o RCP, mediante compresiones torácicas y respiraciones de rescate para restablecer la circulación sanguínea hacia el cerebro y otros órganos vitales” (ver video).
Desfibrilador Externo Automático (DEA)
En determinadas ocasiones la vida de una persona depende de la rápida reacción de quienes la rodean. Un paro cardíaco es una de ellas. Cuando esto ocurre, contar con la capacitación y el equipamiento correctos, puede salvar una vida.
El DEA es un equipo que aplica una descarga de corriente al corazón para restablecer el ritmo cardíaco de una víctima de paro cardiorrespiratorio causado por fibrilación ventricular.
“La muerte súbita puede afectar a personas de cualquier edad, sexo y estado físico, en cualquier momento y lugar. El 75-80% de los casos de muerte súbita se deben a una fibrilación ventricular y más del 70% se producen en el ámbito extrahospitalario, haciendo que la comunidad sea la primera encargada de atender un hecho de esta naturaleza”, afirma la Dra. Caro con datos del Ministerio de Salud de la Nación.
Y explica que en general, la posibilidad de sobrevida de una persona que presenta paro cardíaco por fibrilación ventricular es del 5%. “Con la utilización inmediata de un DEA sumado a las maniobras de Reanimación Cardiopulmonar Básica (RCP), este porcentaje sube hasta un 75% si se aplica antes de los tres minutos. Por cada minuto que pasa la posibilidad disminuye un 10%”, enfatiza.
Para utilizar un DEA no es necesario ser personal de la salud, aunque es recomendable obtener estos conocimientos como forma de complementar un curso de RCP.
Además, es importante recordar que en Argentina se aprobó en 2015 la ley 27.159, de prevención integral de la muerte súbita, y en julio de 2022 se reglamentó. La ley establece que los lugares públicos y privados de acceso público con concentración o circulación superior a 1000 personas por día deberán contar con al menos un desfibrilador automático externo (DEA) y personas entrenadas en RCP.