El Cáncer de Mama es el más frecuente en las mujeres en todo el mundo. Además, los casos anuales están aumentando debido a la mayor expectativa de vida. La detección precoz sigue siendo la clave para mejorar el pronóstico y la supervivencia de dichos casos.
En ese sentido, cada 19 de octubre se celebra el Día Mundial del Cáncer de Mama, por iniciativa de la Organización Mundial de la Salud (OMS), con el fin de concientizar y promover que cada vez más mujeres accedan a controles diagnóstico y tratamientos oportunos.
Prevención en tiempos de COVID-19
La principal intervención para mejorar el pronóstico y la supervivencia de los casos de cáncer de mama sigue siendo la detección precoz.
La pandemia causada por el COVID-19 ha tenido una influencia indirecta pero importante en el manejo habitual de esta enfermedad. Es muy necesario continuar con los chequeos más allá de la pandemia por la importancia que estos tienen.
Entre las diferentes dificultades que ha planteado el coronavirus, se destacan dos aspectos clave. Por un lado, la crisis sanitaria por la pandemia ha puesto en el límite el sistema público de salud, lo que derivó en la interrupción casi total de las intervenciones quirúrgicas necesarias en muchos países y, por consiguiente, un gran número de pacientes con cáncer de mama que no pudieron recibir el tratamiento quirúrgico requerido.
Por otro lado, los pacientes oncológicos representan, en general, una población de riesgo de infección en relación con la inmunosupresión que puede ir asociada a ciertos tratamientos oncológicos, o con complicaciones relacionadas con intervenciones quirúrgicas. Por lo tanto, este grupo de población debe extremar las medidas para prevenir y evitar infecciones.
Incluso el campo del diagnóstico se ha visto afectado, sobre todo el sistema de detección del cáncer de mama. En algunos países se han dejado de hacer unas 28000 mamografías y esto se traduce en un retraso en el diagnóstico precoz previsto en unos 89 casos.