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Demencias: factores de riesgo, signos de alerta, síntomas

Las demencias, cuyos paradigmas son la enfermedad de Alzheimer y la Demencia Vascular, son enfermedades dependientes de la edad. En este sentido, el incremento de la expectativa de vida también determinó el crecimiento exponencial de estas patologías. En la siguiente nota, te contamos cuáles son los factores de riesgo que deben controlarse para prevenir dichas enfermedades y cuáles son los síntomas más comunes que suelen presentarse.

Factores de riesgo

Es importante destacar que, si bien las demencias afectan a personas mayores, no constituyen una consecuencia normal del envejecimiento. Sin embargo, debemos controlar los factores de riesgo vascular durante la edad media de la vida para prevenir el deterioro cognitivo en la vejez como:

  • Hipertensión arterial.
  • Diabetes.
  • Colesterol.
  • Obesidad.

Según la Organización Mundial de la Salud, en el todo mundo hay más de 50 millones de personas que padecen algún tipo de demencia. Estos cuadros son causados por diversas enfermedades y lesiones que afectan al cerebro de forma primaria o secundaria, caracterizándose por producir déficit en más de un dominio cognitivo, incluyendo el deterioro de la memoria, la comprensión, la orientación, el intelecto, el comportamiento y la capacidad de realizar actividades de la vida diaria.

Síntomas

La sintomatología de las demencias constituye una de las principales causas de discapacidad y dependencia, generando un impacto físico, psicológico, social y económico no sólo en las personas que las padecen sino también en sus familias. Las demencias impactan en cada persona de manera diferente, pero los síntomas más comunes suelen ser:

En una primera etapa: signos tempranos de alerta 

  • Olvido.
  • Pérdida de la noción del tiempo.
  • Desubicación espacial incluso en lugares conocidos.

A medida que la enfermedad evoluciona:

  • Olvido de acontecimientos recientes y nombres de personas cercanas.
  • Dificultad para comunicarse.
  • Cambios en el comportamiento.
  • Reiteración de comentarios y preguntas.

Etapa avanzada:

  • Alteraciones de la memoria de manera grave y permanente.

Hoy no hay ningún tratamiento que pueda curar la demencia o revertir su evolución progresiva pero el monitoreo sigue siendo fundamental. El diagnóstico médico incluye un minucioso interrogatorio del paciente y de alguien de su entorno, un adecuado examen clínico neurológico, una evaluación de las funciones cognitivas y el tipo de deterioro, una rutina de laboratorio y estudios de imágenes como TAC o RMN, que permiten encontrar evidencia de accidente cerebro-vascular, sangrado, tumor o hidrocefalia, o bien Tomografía por emisión de positrones, que posibilita ver patrones de la actividad cerebral e identificar si hay depósitos de la proteína amiloide, una característica específica de la enfermedad de Alzheimer.