Con los últimos días del 2020 aumentan las reuniones y ocasiones para compartir comidas. También pueden incrementarse los casos de asfixia por atragantamiento. Qué hacer y cuáles son los grupos más vulnerables.
¿Quiénes están más expuestos a este tipo de episodios?
Durante los eventos de fin de año, en los que la comida suele ser protagonista, aparecen también nuevas situaciones que pueden originar atragantamientos. Los más propensos a sufrir estos episodios suelen ser los adultos mayores y los niños pequeños. En ocasiones, dentro de reuniones sociales numerosas, estos no son supervisados con la misma frecuencia que la habitual durante las comidas, y las posibilidades de este tipo de accidentes se multiplican.
Los adultos mayores tienen más probabilidades de desarrollar problemas de deglución y, en consecuencia, mayor riesgo de asfixia. En este grupo se incluye a las personas que padecen enfermedades neurodegenerativas como como ELA o Parkinson. Por su parte, los niños pequeños pueden asfixiarse con comidas, u objetos pequeños, como piezas de juguetes y monedas. Es importante mantener los objetos fuera de su alcance y supervisarlos mientras comen.
Datos a tener en cuenta
Los alimentos u objetos que quedan atrapados en la garganta obstruyen las vías respiratorias y causan asfixia, impidiendo que el oxígeno llegue a los pulmones y al cerebro. Si el cerebro permanece sin oxígeno durante más de cuatro minutos, puede provocar daño cerebral o incluso la muerte.
Si bien en nuestro país no existen estadísticas tan precisas, se trata de un problema grave. En España, por ejemplo, se trata de la tercera causa de muerte no natural, con más víctimas incluso que los accidentes de tránsito. Por esta razón, es necesario estar preparado.
¿Cómo actuar cuándo sucede?
La obstrucción de la vía aérea que causa el atragantamiento puede ser leve o grave. Si la persona puede hablar o hacer ruidos o tose ruidosamente, se considera que la obstrucción es leve. Si la persona no puede respirar, ni hablar, ni hacer ruidos o realiza el signo del atragantamiento, agarrándose el cuello con las manos, se considera que la obstrucción es grave. En este último caso es necesario extraer el objeto cuanto antes: si el objeto es visible, puede extraerse manualmente para permitir que la persona pueda respirar de manera normal. En caso de que no sea visible, conviene no intentarlo, para evitar introducirlo más.
Mientras tanto, es fundamental llamar al servicio de emergencia.
¿Cómo realizar la maniobra de Heimlich?
Se trata de una acción rápida que puede salvarle la vida a la persona atragantada. En primer lugar, hay que pararse detrás del paciente y rodearlo con los dos brazos. Forme un puño con una mano, por la parte del pulgar y colocarlo por encima del ombligo y debajo de las costillas. Con la otra mano, agarrar el puño y realizar compresiones rápidas hacia arriba y hacia adentro. Continúe con las compresiones hasta que el objeto salga expulsado y la persona pueda respirar, toser, hablar.
Si la persona está embarazada o es alguien de gran contextura, realice compresiones torácicas en lugar de abdominales. Rodee por las axilas y coloque las manos en la mitad inferior del esternón, tirando hacia atrás.
Si el paciente es menor de un año, es necesario colocarlo boca abajo sobre el antebrazo y sostenerle la cabeza. Dele cinco palmadas con la base de la otra mano, entre los omóplatos. Si el objeto no sale tras las cinco palmadas póngalo boca arriba y realice cinco compresiones torácicas con los dos dedos en la mitad inferior del esternón, repita las palmadas y cinco compresiones hasta que el lactante respire, tosa o llore.