En la actualidad, casi 700 millones de personas son mayores de 60 años. Para 2050, las personas de 60 años o más serán 2000 millones, esto es, más del 20% de la población mundial. La pandemia ha puesto de manifiesto aún más la vulnerabilidad de este sector, por eso es importante que este contexto sirva para incorporar nuevas medidas que aumenten las oportunidades de las personas de edad.
Durante los últimos 10 años, el envejecimiento de la población ha conducido a la introducción de nuevas políticas y programas en las que el sector social ha ocupado un lugar central.
Muchos gobiernos en las economías desarrolladas y en desarrollo han diseñado o han introducido a modo experimental políticas innovadoras relacionadas con los sistemas de salud, seguridad social o bienestar. Además, se han aprobado diversos documentos de política generales, incluidos planes de acción nacionales sobre el envejecimiento. También han empezado a aparecer medidas legislativas referidas a las personas de edad en ámbitos tan dispares como códigos de construcción, otorgamiento de licencias y supervisión de centros de atención y cursos de formación profesional con el fin de hallar formas de responder gradualmente a los problemas a los que se enfrentan las personas de edad.
La composición de la población mundial ha cambiado de manera notablemente en los últimos decenios. En la actualidad, casi 700 millones de personas son mayores de 60 años. Para 2050, las personas de 60 años o más serán 2000 millones, esto es, más del 20% de la población mundial.
Durante las próximas tres décadas, se estima que el número de mayores aumente a más del doble, llegando a más de 1500 millones de personas en 2050.
Adultos Mayores y los efectos de la pandemia
Es importante mencionar el gravísimo y desproporcionado impacto que la pandemia por coronavirus ha tenido en las personas de edad de todo el mundo, no solo en lo referido a su salud, sino también a sus derechos y su bienestar.
Dentro de nuestros esfuerzos para sobreponernos a la COVID-19, las personas mayores deben ser una prioridad.
Asimismo, debemos examinar los cambios que la pandemia podría propiciar en la forma en que abordamos la edad y el envejecimiento en nuestras sociedades. Será fundamental ampliar las oportunidades para las personas de edad e incrementar su acceso a la salud, las pensiones y la protección social.
Al tiempo que intentamos recuperarnos mejor juntos, debemos hacer esfuerzos concertados durante toda la Década del Envejecimiento Saludable (2020-2030) para mejorar las vidas de las personas mayores y las de sus familias y comunidades. El potencial de las personas de edad es una base sólida para un desarrollo sustentable. Ahora más que nunca, debemos escuchar sus voces, sugerencias e ideas para construir sociedades más inclusivas y adaptadas a las necesidades de las personas de edad.