Categorías
Prevención

Guía para prevenir quemaduras del sol

El verano trae una mayor exposición al sol en momentos en los que los rayos son más dañinos y requieren protección.

Si bien la luz solar es fundamental para el desarrollo de la vida en la tierra, los rayos ultravioletas que traspasan la capa de ozono pueden resultar perjudiciales para la salud, ya que la radiación puede provocar quemaduras de distinta intensidad dañando la piel de manera transitoria y permanente. Además, la exposición inadecuada a la luz solar puede provocar cáncer de piel y el envejecimiento prematuro de la piel.

“Es posible que los primeros signos de una quemadura solar no aparezcan durante unas cuantas horas”, recuerda la Dra. Paola Caro, Directora médica de vittal. Luego, señala que el efecto total para la piel puede tardar en aparecer 24 horas o más.

Los posibles síntomas de una quemadura solar son:

  • Piel roja y sensible que es caliente al tacto.
  • Ampollas que aparecen de horas a días después.
  • Reacciones como alergia solar, incluso fiebre, escalofríos, náuseas o erupción cutánea.
  • Peladura de la piel en áreas quemadas por el sol varios días después de la quemadura solar.

Según la Dra. Caro, aunque los síntomas normalmente son temporales, “el daño cutáneo con frecuencia es permanente y puede tener efectos serios a largo plazo, que incluyen cáncer de piel”. Y advierte: “Cuando la piel empieza a ponerse dolorosa y roja, el daño está hecho y el dolor aumenta entre las 6 y 48 horas después de la exposición al sol”.

Asimismo, explica que la quemadura solar se presenta cuando el grado de exposición al sol o a una fuente de luz ultravioleta excede la capacidad del pigmento protector del cuerpo, melanina, para proteger la piel.

En pieles claras, una quemadura solar puede ocurrir “en menos de 15 minutos de exposición al sol del mediodía, en tanto que una persona con piel oscura puede tolerar la misma exposición por horas”, remarca la Directora médica de vittal.

El cáncer de piel, informa la Dra. Caro, “por lo regular aparece en la adultez, pero es causado por la exposición al sol y quemaduras solares que empezaron temprano en la niñez. Es por ello que se puede ayudar a prevenir el cáncer de piel protegiendo la piel y la de sus hijos de los dañinos rayos solares”.

Estas son las recomendaciones para un correcto cuidado del sol:

  • Los rayos del sol son más fuertes durante las horas de 10:00 de la mañana a 16:00 de la tarde, tratar de no exponerse en ese horario.
  • Usar protector solar con un factor de protección solar (FPS) de 45 o superior colocarlo por todo el cuerpo 30 minutos antes de exponerte al sol como mínimo, y volver a aplicar cada dos horas o luego de cada baño.
  • No exponerse al sol innecesariamente, en la jornada vestirse con ropa que no sea sintética y sea ligera y fresca.
  • La mejor forma de broncearse es haciéndolo durante periodos de tiempo de 15 minutos.
  • El reflejo del agua, la arena o la nieve puede intensificar los ardientes rayos solares.
  • Evitar también las lámparas de sol ya que pueden causar una quemadura solar grave.

En caso de quemaduras solares se aconseja:

  • Tomar una ducha fría o un baño o colocando pedazos de paño frío y húmedo sobre la quemadura.
  • No utilizar productos que contengan benzocaína o lidocaína porque pueden causar alergias en algunas personas y empeorar la quemadura.
  • Si se presentan ampollas, las compresas secas pueden ayudar a prevenir la infección.
  • Si la piel no presenta ampollas, se puede aplicar una crema humectante para aliviar la molestia. No usar mantequilla, vaselina, ni otros productos a base de aceite ya que pueden bloquear los poros y de esta manera el calor y el sudor no pueden escapar, lo cual puede provocar una infección.
  • Los medicamentos de venta libre, como el ibuprofeno o paracetamol, ayudan a aliviar el dolor causado por la quemadura.
  • Usar ropa holgada y de algodón.
Categorías
Enfermedades Prevención

Cuidados y recomendaciones para evitar el COVID-19 en piletas

La suba de contagios registrada hace ya varias semanas hace que extremar los cuidados vuelva a ser una medida fundamental para evitar el virus.

En medio de una nueva ola de contagios de COVID-19 comenzó el verano y con él, la temporada de piletas. En este marco, resulta importante retomar con las medidas de cuidado.

“En principio, debemos recordar que no hay evidencia científica que demuestre que el coronavirus se pueda transmitir a través del agua clorada”, señala la Dra. Romina Mauas, infectóloga de vittal. Según detalla, la Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que una concentración residual de cloro libre de ±0.5 mg/I en el agua de la piscina durante un mínimo de 30 minutos de contacto a un pH menor 0.8 es suficiente para matar virus envueltos como los coronavirus.

Entonces, “el peligro de contagio se relaciona más bien con la conducta que observen las personas que concurren a las piletas”, enfatiza la especialista.

En piletas públicas de deportes y esparcimiento, se recomienda que funcionen exclusivamente en espacios abiertos, es decir, sin techo ni paredes laterales. Además, como en todos los casos se debe mantener la distancia social de 2 metros y no mantener conversaciones en lo posible.

La Dra. Mauas remarca que la cantidad de personas dentro de la pileta “no debe exceder los 8 m2” e indica que deberían utilizarse por turnos para que esta densidad poblacional no sea superada.

También apunta que el uso de tapabocas “es obligatorio en las instalaciones públicas, no así en la pileta propiamente dicha en la cual se recomienda el distanciamiento social de 2 metros”.

Con respecto a los vestuarios, la Dra. Mauas explica que “deben ser desinfectados, ventilados continuamente, evitar que se junte allí gente y no permitir la utilización de las duchas”.

Finalmente, la médica infectóloga de vittal afirma que, en el caso de piletas públicas y clubes, los usuarios deben presentar una declaración jurada en la que conste la ausencia de signos compatibles con la enfermedad COVID-19.