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Alerta Colonias: cómo reconocer las enfermedades del verano

Un espacio ideal para esto son las colonias. Sin embargo, es muy común que estos sitios se conviertan en lugares de contagio en donde las enfermedades típicas del verano se hacen presentes. En la siguiente nota te contamos cuáles son y cómo reconocerlas.

Enfermedades del verano en los niños

Faringoamigdalitis agudas 

Es una de las infecciones de vía aérea respiratoria alta. Frecuentemente de etiología viral, tanto en invierno como en verano, los síntomas son congestión nasal, rinorrea serosa, tos y dolor de garganta. En ocasiones aparecen pequeñas aftas en la cavidad oral (llagas en la boca), pudiendo asociarse con fiebre.
El tratamiento suele ser sintomático, con antitérmicos como el paracetamol e ibuprofeno.

Faringoamigdalitis irritativas

El uso del aire acondicionado con temperaturas muy frías o bien con aire directo provoca en la vía aérea sequedad de la mucosa provocando la aparición de esta infección. Los síntmoas pueden ser dolor e irritación de garganta, no suele cursar con fiebre.

Laringitis aguda

Está presente durante estos meses del año debido al virus parainfluenza (frecuente en primavera y verano), con la típica tos metálica o tos perruna, fiebre variable y, en ocasiones, puede acompañarse de un ruido seco que presentan los pacientes al inspirar el aire, estridor inspiratorio.

Conjuntivitis

Consiste en la inflamación de la conjuntiva que provoca ojo rosado o rojo, lagrimeo, secreciones, sensación de “arenilla, y un dolor leve que suele sentirse como si fuera picor.

Gastroenteritis aguda

De etiología viral (80%): cuyos síntomas son fundamentalmente diarrea y vómitos, se transmiten entre persona y persona.

Producidas por intoxicación alimentaria: en este período estival cobran importancia estas últimas por agentes bacterianos. Cursan de manera brusca después de haber ingerido un alimento contaminado. Normalmente suele haber un antecedente, por ejemplo otros integrantes de la familia que han ingerido un determinado alimento que les ha sentado mal y provoca diarrea.

Lo principal para tratar estos cuadros es una hidratación abundante con sales de rehidratación, ya que ayuda a reponer lo que pierde el niño por las deposiciones. Sumado a una dieta adecuada para su edad (dieta normal, no dieta blanda), sin dejar período de ayuno, evitando grasas y azúcares. Acudir al médico cuando el niño presenta intolerancia y sigue vomitando, o tiene muchas más pérdidas por la diarrea de lo que puede ingerir.

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Cuidado de la piel en los más chicos: sol y picaduras

Si bien el verano es una fantástica época para disfrutar y realizar actividades al aire libre con los niños, es importante considerar los cuidados que se deben tener al estar expuestos a los rayos solares y al estar al aire libre donde abundan distintos insectos. En la siguiente nota te contamos los riesgos que existen y las medidas preventivas que deben tomarse para evitarlos.

Exposición al sol

En promedio, la mayor exposición solar se produce en las dos primeras décadas de vida. Los efectos nocivos de la radiación solar son acumulativos e irreversibles, y esto es importante en el desarrollo del fotoenvejecimiento cutáneo y la formación de cáncer de piel, consecuencias directas de la fotoexposición.

Precauciones para evitar problemas de salud en los más chicos

  • Evitar en todo menor de 6 meses la exposición al sol directo, sin ropa protectora.
  • Luego de los 6 meses, conviene evitar la exposición solar entre las 10 y las 16 hs.
  • Utilizar ropas para cubrirlos, ropa blanca y liviana (pueden usar ropa que viene con factor de protección).
  • Utilizar sombrero apropiado, de ala ancha que cubran cara, nuca y orejas.
  • Ofrecerles líquidos (pecho o agua mineral fresca según la edad) frecuentemente.
  • Usar gafas con protección solar para también cuidar sus ojos.
  • Mantenerlos frescos y a la sombra.
  • Los niños mayores pueden colaborar en su cuidado y deben ser educados al respecto. Fomentar una actitud preventiva en sus actividades al aire libre, explicando los riesgos de la exposición solar excesiva.
  • Utilizar fotoprotectores. Conviene colocar protección solar (pantallas con protección total, Factor de Protección Solar FPS DE 50 o más) en todos los niños mayores de 6 meses, cada 2 hs y luego del baño.
  • En días nublados, también considerar estas medidas para protegerlos del sol.

Es importante recordar que el fotoprotector debe colocarse al menos 15 minutos antes de la exposición y debe renovarse cada 2 horas, luego de transpirar, o luego de secarse con la toalla. Con respecto a la resistencia al agua, los que leen  “resistentes al agua (water-resistant)” resisten inmersiones de 40 minutos, y se define como “impermeable (waterproof)” cuando es efectivo hasta una inmersión de 80 minutos.

No se recomienda la aplicación de fotoprotectores en niños menores de 6 meses. En menores de 3 años, la recomendación por las sociedades de pediatría y dermatología es limitar la exposición solar todo lo posible.

Picaduras de insectos

Los insectos también suelen hacerse presentes en el verano de manera más intensa. Para evitar las incómodas (¡y a veces también peligrosas!) picaduras es importante utilizar repelentes de insectos. Estos generalmente aseguran una protección de 4 a 8 horas después de su utilización y deben ser aplicados sobre las diversas zonas expuestas del cuerpo.

En el mercado farmacéutico se encuentran distintos tipos de repelentes de insectos. Uno de los más ampliamente utilizados es el que contiene DEET (N N-diethyl-m- toluamida). La concentración de DEET puede variar de un producto a otro y en las diferentes formas de presentación. La duración de la protección depende de la concentración: un producto con DEET al 10% protege durante 2/3 hs. aproximadamente, en cambio al 25% la protección es de 6 hs. en promedio. La Academia Americana de Pediatría recomienda que los repelentes que se usan en niños no deben contener más de un 30% de DEET.

No se recomiendan los repelentes de insectos para los niños menores de 2 meses de edad; si el bebé se encuentra en el cochecito o cuna, se podría colocar una red mosquitero de tela para evitar el contacto de los insectos con el niño.

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Dengue: tipos, cómo se transmite, síntomas y prevención

El Dengue es una enfermedad viral transmitida por el mosquito Aedes aegipty. Este mosquito vive en hábitats urbanos, se reproduce principalmente en recipientes artificiales y se alimenta durante el día. Por eso, las picaduras aumentan en la mañana y durante el atardecer, en el que pica a más de una persona. Conocé qué tipos de dengue existen, cómo se transmite la enfermedad, qué síntomas se presentan y qué hacer para prevenirla.

Tipos de dengue

Existen cuatro serotipos del virus y la incidencia de la enfermedad es máxima en climas tropicales y subtropicales sobre todo en áreas urbanas y suburbanas. Todos los serotipos circulan en las Américas. Cuando una persona se recupera de la infección adquiere inmunidad de por vida contra el serotipo en particular. Sin embargo, las infecciones posteriores causadas por otros serotipos aumentan el riesgo de padecer dengue grave. El serotipo 2 es uno de los más letales y es el que ahora más está afectando a los niños y adolescentes.

¿Cómo se transmite y cuáles son los síntomas?

Cuando un mosquito se alimenta con sangre de una persona infectada y luego pica a otras personas, se transmite la enfermedad desencadenando, luego de 3-14 días de la exposición, los siguientes síntomas:

  • Fiebre elevada (40Cº).
  • Dolor de cabeza muy intenso.
  • Dolor detrás de los globos oculares.
  • Dolores musculares y articulares.
  • Náuseas y vómitos.
  • Agrandamiento de ganglios linfáticos o sarpullido.

Por su parte, el dengue grave es una complicación potencialmente mortal porque cursa con extravasación de plasma, acumulación de líquidos, dificultad respiratoria, hemorragias graves o falla orgánica.

No hay tratamiento específico del dengue ni del dengue grave, pero la detección oportuna y el acceso a la asistencia médica adecuada disminuyen las tasas de mortalidad por debajo del 1%. Si se presentan síntomas de dengue es importante acercarse a un centro de salud, no automedicarse con aspirinas ni ibuprofeno y mantener el volumen de los líquidos corporales.

Prevención

  • Limpiar y secar recipientes que contengan agua estancada (en la cual se cría el mosquito).
  • Remover el agua de canaletas y renovar el agua de floreros, peceras y bebederos de animales al menos cada tres días.
  • Desechar objetos que estén al aire libre y en los que se pueda acumular agua de lluvia (latas, botellas, neumáticos, juguetes, etc.).
  • Mantener boca abajo los recipientes que no estén en uso (baldes, frascos, tachos, cacharros y macetas, entre otros).
  • Tapar los recipientes utilizados para almacenar agua (tanques, barriles o toneles).
  • Evitar los pastizales altos.
  • Destapar los desagües de lluvia de los techos.
  • Rociar insecticidas en base a permetrina en el interior de las casas.
  • Colocar mosquiteros o telas metálicas en puertas y ventanas.
  • Usar repelente en la piel expuesta.
  • Ponerse ropa (preferiblemente de colores claros) que cubra al máximo el cuerpo.
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Actividad física en altas temperaturas: riesgos y prevención

La elevada temperatura ambiental, a la que se puede agregar la ingesta de comida y bebida hipercalóricas y vestuario y calzado manufacturados con material sintético, contribuyen a aumentar la temperatura corporal a la hora de hacer ejercicios físicos, generando distintas reacciones fisiológicas en nuestro organismo para defenderse del calor. En la siguiente nota te contamos cuáles son y qué problemas pueden presentarse. Además, mencionamos las medidas preventivas que pueden tomarse para evitar riesgos.

Las personas sanas con un hábito deportivo regular previo pueden tolerar hacer ejercicio físico en ambientes calurosos, en estos casos pueden ser más peligrosos los índices de humedad altos ya que entorpecen la capacidad de pérdida de calor del cuerpo humano. Como ejemplo presentemos el caso de un varón de 70 kg de peso, en reposo tiene una capacidad calórica de 58 kcal/hora, con actividad física alta llega a elevar aquella hasta 1000 kcal/hora. Por cada grado centígrado que se incremente la temperatura corporal, aumenta un 13% el metabolismo celular. Con una temperatura corporal de 40 grados centígrados, se eleva nuestro metabolismo celular alrededor de un 50%. Y si sigue aumentando aquella, comienza la muerte celular.

¿Qué hace nuestro organismo para defenderse del calor?

El cuerpo humano cuenta con varios mecanismos para defenderse del calor y con varias respuestas fisiológicas:

  • Espiración. 
  • Vasodilatación (responsable de posible cefalea, hipotensión arterial y rubicundez, entre otros).
  • Sensación acusada de sed y apetencia por alimentos menos calóricos y ricos en minerales, vitaminas y agua.
  • Ahorro de pérdidas fisiológicas de agua, con disminución de diuresis.
  • Transpiración profusa y dilatación de poros cutáneos: principal mecanismo corporal de eliminar calor corporal y enfriar nuestro organismo. Tenemos capacidad de perder 580 kcal por litro de sudor. La sudoración elimina con facilidad hasta el 65% del calor corporal cuando la temperatura ambiental es fría. Pero esto se torna dificultoso, principalmente, en ambiente muy caliente y/o dotado de alta humedad relativa, vestuario elaborado con fibras sintéticas, insuficiente ingesta de líquidos.

¿Qué problemas corporales pueden presentarse por la inadecuada aclimatación corporal?

  • Erupciones cutáneas pruriginosas en áreas de pliegues y flexuras.
  • Descamación eccematosa palmar.
  • Abrasiones y quemaduras por fricción en zonas de roce con calzado y ropa.
  • Calambres debidos a la depleción de sales y agua.
  • Cefaleas.
  • Hipotensión arterial con posible lipotimia y síncope.
  • Empeoramiento de Insuficiencia Venosa Periférica.
  • Obnubilación y somnolencia fácil.
  • Insomnio y sueño poco reparador.

Medidas preventivas

  • Organizar la actividad física a primera o última hora del día para evitar el fuerte estrés del calor al mediodía.
  • La indumentaria debe ser preferente de colores claros y holgada, no demasiada ropa para permitir una mejor termorregulación.
  • Usar gorra y refrescar la cabeza periódicamente.
  • Ante la sensación de dolores punzantes de cabeza o escalofríos deben reducir la intensidad del esfuerzo a fin de disminuir la producción del calor y la hipertermia.
  • En competiciones donde se disputen en zonas muy calurosas es importante realizar periodos progresivos de adaptación al calor.
  • En los niños, los mecanismos de termorregulación no están tan desarrollados como los en los adultos, por lo tanto están más expuestos a sufrir hipertermia.
  • Hidratarse cada 10 minutos, pues el agua facilita la disipación corporal que se produce durante la actividad física. Una persona se deshidrata cuando pierde más del 2% de su peso corporal durante el ejercicio. No debemos esperar a sentir sed para beber, pues no nos sentimos sedientos hasta mucho después de que se haya iniciado la deshidratación a nivel celular.
  • Evitar hacer deportes al aire libre cuando la radiación solar es alta (igual que para evitar los riesgos de la exposición al sol de la piel), esto es entre las 11:00 y las 16:00 horas.
  • Comenzar progresivamente la actividad física cuando las temperaturas son altas, el proceso fisiológico de aclimatización (al calor) dura 2 semanas, por lo que debemos darle tiempo al cuerpo para que se adapte progresivamente.
  • Tener en cuenta que la temperatura ideal de trabajo son los 18 grados, entre 18 y 23 grados uno se siente cómodo, y por arriba de los 24 grados ya tiene que esforzarse para perder calor.