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Tabaco: riesgos, enfermedades y recomendaciones

El 31 de mayo de cada año, la Organización Mundial de la Salud (OMS) celebra el Día Mundial Sin Tabaco, con el propósito de generar un marco de concientización acerca de los efectos nocivos y letales del consumo de tabaco y la exposición pasiva.

A continuación, conocé los daños que el tabaquismo genera en la salud y nuestras recomendaciones para vivir en un ambiente más sano.

Fumar es la principal causa de enfermedad, discapacidad y muerte en el mundo. En Argentina, el 30% de la población entre 18 y 65 años es fumadora y se producen anualmente más de 40.000 fallecimientos vinculados a esta condición.

El conocimiento de las consecuencias sobre la salud, el fortalecimiento de las medidas preventivas y la consulta profesional para dejar este hábito constituyen las vías más eficientes para erradicar progresivamente el tabaquismo a escala global.

TABAQUISMO Y FUMADOR

Se define como tabaquismo la adicción a la nicotina del tabaco. En la mayoría de los casos, se produce a través del consumo de cigarrillos y, con menor frecuencia, mediante el consumo de habanos, cigarros, pipas y otros.

Se considera fumador a quien ha fumado al menos 100 cigarrillos en su vida y actualmente fuma todos o algunos días.

SALUD PULMONAR EN PELIGRO

El tabaquismo pone en peligro la salud pulmonar de las personas de todo el mundo.

  • Cáncer de pulmón: fumar tabaco es la principal causa del cáncer de pulmón y responsable de más de dos tercios de las muertes por cáncer de pulmón en todo el mundo.

    La exposición al humo de tabaco ajeno en el hogar o en el lugar de trabajo aumenta el riesgo de padecer esta enfermedad.

    Dejar de fumar, por su parte, contribuye a reducir el riesgo de cáncer de pulmón: después de 10 años, las posibilidades de sufrirlo disminuyen a aproximadamente la mitad respecto a las de un fumador.
  • Enfermedades respiratorias crónicas: el riesgo de desarrollar EPOC es particularmente alto entre las personas que comienzan a fumar a una edad temprana, ya que el humo del tabaco retrasa significativamente el desarrollo pulmonar.

    El tabaco exacerba el asma, que restringe la actividad y contribuye a la discapacidad. El abandono temprano del hábito de fumar es el tratamiento más eficaz para retrasar la progresión de la EPOC y mejorar los síntomas del asma.
  • Contaminación del aire: el humo del tabaco es una forma muy peligrosa de contaminación del aire de interiores, ya que contiene más de 7.000 sustancias químicas, 69 de las cuales está probado que causan cáncer.

    Aunque el humo sea invisible, su permanencia en el aire puede llegar hasta cinco horas, poniendo a las personas expuestas en riesgo de desarrollar cáncer de pulmón, enfermedades respiratorias crónicas y reducción de la función pulmonar.
  • Consecuencias de la exposición temprana: los bebés expuestos en el útero a las toxinas del humo de tabaco por el tabaquismo materno o de la exposición materna al humo ajeno, experimentan con frecuencia una disminución del crecimiento de los pulmones y de la función pulmonar.

    Los niños pequeños expuestos al humo de tabaco ajeno, en tanto, corren el riesgo de agravamiento del asma, la neumonía y la bronquitis, así como infecciones frecuentes de las vías respiratorias inferiores.

    A nivel mundial, se calcula que 165.000 niños mueren antes de cumplir 5 años por infecciones de las vías respiratorias inferiores causadas por el humo de tabaco ajeno.

    Los que viven hasta la edad adulta siguen sufriendo las consecuencias para la salud de la exposición al humo de tabaco ajeno, ya que las infecciones recurrentes de las vías respiratorias inferiores en la primera infancia aumentan significativamente las chances de desarrollar EPOC en la edad adulta.
  • Otras patologías: numerosos tumores en la boca, laringe, páncreas, riñón, vejiga y muchos otros órganos pueden derivar del tabaquismo, que incrementa asimismo el peligro de sufrir enfermedades cardiovasculares como infartos, ACV y aneurismas.

    Los partos prematuros, trastornos de la placenta, recién nacidos con bajo peso y trastornos de la fertilidad también pueden tener su origen en la exposición al tabaco, mientras que son comunes cuadros asociados como dolores de cabeza, sensación de embotamiento, cansancio por intoxicación crónica con monóxido de carbono, trastorno de las encías, mayor número de caries y pérdida de dientes, así como alteración del olfato y el gusto.

RECOMENDACIONES, PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO

Todos los daños que produce el cigarrillo son prevenibles, y desde que se deja de fumar los riesgos disminuyen notoriamente.

Los mayores beneficios se obtienen entre quienes dejan de fumar jóvenes, pero a todas las edades representa un importante logro para la salud.

Respecto a la prevención, las medidas más efectivas para evitar el inicio del consumo de tabaco desde el punto de vista de la salud pública incluyen el aumento del precio de los cigarrillos, la prohibición de venta a personas menores de edad, la prohibición completa de la publicidad y patrocinio de los productos del tabaco, y la implementación de los ambientes cerrados 100% libres de humo que ayudan a desnaturalizar el consumo.

Finalmente, en relación a los tratamientos disponibles, un escaso número de fumadores logra dejar el cigarrillo por sus propios medios cuando ha tomado la decisión, aunque si esto no es posible, la consulta con un profesional de la salud mejora ampliamente la probabilidad de dejar de fumar, a partir de una terapia cognitivo-conductual con o sin medicación.

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Asma: factores de riesgo, síntomas y tratamiento

En un contexto en que el mundo se ve afectado por la pandemia del COVID-19, se conmemora el Día Mundial del Asma, una enfermedad crónica respiratoria que se convierte en un factor de riesgo de primera línea frente al coronavirus. Te contamos en qué consiste un ataque de asma, que lo provoca y qué hacer al respecto teniendo en cuenta la situación actual.

¿Qué es el asma? 

El asma es una enfermedad crónica que se caracteriza por ataques recurrentes de disnea y sibilancias, que varían en severidad y frecuencia de una persona a otra. Los síntomas pueden sobrevenir varias veces al día o a la semana y en algunas personas se agravan durante la actividad física o por la noche. 

¿En qué consiste un ataque de asma? 

Durante un ataque de asma, el revestimiento de los bronquios se inflama, lo que provoca un estrechamiento de las vías respiratorias y una disminución del flujo de aire que entra y sale de los pulmones. Los síntomas recurrentes causan con frecuencia insomnio, fatiga diurna, una disminución de la actividad y absentismo escolar y laboral. La tasa de letalidad del asma es relativamente baja en comparación con otras enfermedades crónicas, no obstante, en 2005 fallecieron 255.000 personas por esa causa. 

¿Qué provoca los ataques de asma?

Algunas causas y desencadenantes son comunes a todas las personas que sufren la enfermedad, pero hay también diferencias individuales. Aunque las causas últimas del asma no se conocen del todo, los factores de riesgo más importantes son productos inhalados, entre los que cabe citar los siguientes: 

  • Alérgenos en espacios cerrados: los ácaros del polvo presentes en la ropa de cama, las alfombras y los muebles tapizados, la contaminación y la caspa de los animales domésticos. 
  • Alérgenos en espacios exteriores: pólenes y mohos.
  • Humo de tabaco.
  • Productos químicos irritantes en el lugar de trabajo. 

Otros factores desencadenantes pueden ser el aire frío, una emoción extrema, de enfado o miedo, y el ejercicio físico. En algunas personas el asma puede sobrevenir en respuesta a algunos medicamentos, como la aspirina y otros antiinflamatorios no esteroideos o los betabloqueantes (empleados contra la hipertensión, algunos problemas cardíacos o la migraña). También la urbanización se ha asociado a un aumento de los casos de asma, pero no está clara la naturaleza exacta de esa relación. 

Datos epidemiológicos  

  • La OMS calcula que en la actualidad hay 235 millones de pacientes con asma. 
  • El asma es la enfermedad crónica más frecuente en los niños. 
  • El asma está presente en todos los países, independientemente de su grado de desarrollo. Más del 80% de las muertes por asma tienen lugar en países de ingresos bajos y medios-bajos. 
  • A menudo el asma no se diagnostica correctamente ni recibe el tratamiento adecuado, creando así una importante carga para los pacientes y sus familias, y pudiendo limitar la actividad del paciente durante toda su vida. 

Tratamiento y qué hacer frente al contexto de COVID-19

Aunque no se puede curar, un tratamiento apropiado permite controlar la enfermedad y disfrutar de una buena calidad de vida. Además, algunos niños con formas moderadas de la enfermedad superan sus síntomas con los años. 

Los pacientes asmáticos integran uno de los grupos de riesgo de primera línea con respecto al coronavirus por COVID-19. En ese sentido, se recomienda la consulta inmediata en cualquier caso en que el paciente no responda de la forma habitual a la medicación, así como seguir los consejos de prevención:

  • Distanciamiento social.
  • Lavarse las manos frecuentemente.
  • Toser o estornudar en el pliegue del codo.
  • No llevarse las manos a la cara.
  • Ventilar los ambientes de la casa y lugar de trabajo.
  • Desinfectar los objetos que se usen con frecuencia.
  • No automedicarse.
  • En la medida de lo posible, delegar la realización de mandados o compra de medicamentos a terceros de confianza.