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Trastornos con el alcohol: recomendaciones para evitar la intoxicación

En el último tiempo, las consultas vinculadas al consumo de alcohol en adolescentes y jóvenes se incrementaron y la ingesta desmedida se convirtió en un importante problema de salud pública. ¿Qué sucede con los excesos? La intoxicación aguda por etanol se asocia con numerosas complicaciones, incluidas los accidentes de tránsito, la violencia doméstica, los homicidios y el suicidio.

En la Argentina, se estima que 1.700.308 personas mayores de 15 años padecen trastornos de abuso o dependencia al alcohol y, según un estudio realizado por el Observatorio de Políticas Públicas en Adicciones de la Ciudad de Buenos Aires (2010), en los accidentes de tránsito producidos en las autopistas de la Ciudad, el 23,8% de los conductores habían consumido alcohol y de ellos, el 50% eran menores de 25 años.

El alcohol (etanol) es una sustancia psicoactiva que tiene efectos sobre el sistema nervioso central, por su capacidad de cambiar la percepción, el estado de ánimo y/o el comportamiento de las personas, dependiendo de la graduación alcohólica que posea la bebida, la cantidad de consumida, presencia de otras drogas, la tolerancia de cada consumidor y la preexistencia de enfermedades.

La mayoría de las intoxicaciones por etanol son intencionales, ya sea por el consumo voluntario en abstemios y/o por alcohólicos crónicos que tienen una sobredosis. Con menor frecuencia se dan las ingestiones accidentales en niños con productos de uso domiciliarios que contienen alcohol.

El alcohol etílico se puede absorber por varias vías, siendo la más frecuente la vía digestiva, donde la absorción es muy rápida ya que se trata de una sustancia hidrosoluble. En este proceso, un 20% del alcohol ingerido ingresa a través de la pared gástrica y el 80% restante por el yeyuno íleon. El nivel y velocidad de la absorción varían según la vacuidad o plenitud gástrica y el tipo de alimento ingerido: las grasas, por ejemplo, retardan la absorción, las proteínas tienen acción menor y los hidratos de carbono, menor aún.

Después de su absorción, el etanol se distribuye con uniformidad en todos los tejidos y líquidos del cuerpo: la sustancia aparece en la sangre entre 5 y 10 minutos luego de su ingesta y el pico máximo se produce a los 30 y 90 minutos, desapareciendo entre las 8 a 10 horas. En el caso de las embarazadas, la placenta es permeable al etanol, por tanto, éste tiene acceso libre a la circulación fetal, pudiendo ocasionar malformaciones congénitas.

Los síntomas de la intoxicación alcohólica dependen de los efectos inhibidores sobre las neuronas del sistema nervioso central y podemos reconocer distintos periodos según la concentración alcohólica en sangre: un periodo de embriaguez ligera (0.5 mg/ml a 1.5 mg/ml o 0.50 g/l a 1.5 g/l), que conlleva excitación; un segundo período (1.5 mg/ml a 2.5 mg/ml o 1.5 g/l a 2.5 g/l), donde se halla ataxia, debido a su acción en el cerebelo, visión borrosa o doble, incoordinación muscular, disartria, hipotensión arterial y taquicardia, hipoglucemia e hipotermia, y hay amnesia total de lo ocurrido; un tercer período (2.5 mg/ml a 3.5 mg/ml o 2.5 a 3.5 g/l), donde predomina la depresión del sistema nervioso central: somnolencia, luego estupor marcado, hipotensión, bradipnea, hipotermia, hiporreflexia, hipoalgesia, y amnesia temporal; y un cuarto período (3.5 mg/ml a 4.5 mg/ml o 3.5 g/l a 4.5 g/l o mayor) denominado coma alcohólico, en el que, además de aumentar la depresión del sistema nervioso central, se presenta hipotensión con bradicardia, apnea, arreflexia y analgesia superficial y profunda, con graves alteraciones del medio interno, acidosis metabólica, hipoxemia, hipoglucemia e hipotermia y luego paro cardio-respiratorio y la muerte debido a la parálisis del centro cardio-respiratorio, ocurriendo habitualmente entre 1 a 10 horas después de la ingestión (si hay recuperación, ésta se retarda entre 24 a 48 horas).

Además, el consumo prolongado de alcohol aumenta las probabilidades de sangrado de estómago o esófago, la inflamación y daños en el páncreas, daño al hígado, desnutrición y cáncer de esófago, hígado, colon, cabeza y cuello, mamas y otras áreas.

Consideraciones al momento de consumir alcohol

  • Comer siempre algo antes de empezar a beber.
  • El alcohol deshidrata, por eso es importante tomar agua al mismo tiempo.
  • No mezclar alcohol con drogas, ya que estas sustancias aumentan el riesgo cardíaco y la deshidratación.
  • No mezclar alcohol con sildenafil.
  • Tener en cuenta que el alcohol reduce la potencia sexual.
  • Ante un problema de salud -diabetes, hepatitis, asma, o problemas cardiológicos- se recomienda evitar todo consumo de alcohol.
  • No ingerir alcohol durante el embarazo, ya que puede causarle daño al bebé en crecimiento.

Y si un amigo tomó de más

  • No permitir que maneje.
  • Trasladarlo a un lugar tranquilo y ventilado.
  • Si se descompuso o se desmayó, ponerlo de costado para que no se ahogue si vomita.
  • Aflojarle la ropa. Darle abrigo.
  • No dejarlo solo. Darle mucha agua y llamar al servicio de emergencias.

 

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Enfermedades Prevención

Influenza y neumococo: la importancia de la vacunación

Las temperaturas cálidas están próximas a finalizar y, con esto, aumentan las probabilidades de contraer enfermedades respiratorias como la influenza y el neumococo. En esta nota te contamos los síntomas que las caracterizan y cómo prevenirlas, destacando la importancia de la vacunación.

Si bien restan aún algunas semanas de temperaturas confortables, de cara al otoño hay que comenzar a planificar el año en función de la salud. Chequeos generales, estudios pendientes, alimentación balanceada y ejercicio son algunas de las recomendaciones básicas para sentirse y verse bien. Sin embargo, hay factores externos que pueden causar complicaciones evitables.

En primer lugar, la influenza o gripe es una enfermedad respiratoria aguda producida por virus de influenza A (H1N1 y H3N2) o B, que causa epidemias en todo el mundo. Se transmite por contacto con secreciones de personas infectadas a través de las gotitas que se diseminan al toser o estornudar, y de superficies u objetos contaminados con estas secreciones al tocarnos luego la boca, la nariz o los ojos. En nuestro país, el año pasado 105 personas fallecieron a raíz de este cuadro y, de los 76 casos con datos consistentes, 75% se caracterizaron por presentar factores de riesgo y no estar vacunados.

La vacunación anual contra la influenza es una importante medida de salud pública en términos de prevención. Mientras más personas se vacunen, menos podrá propagarse el virus en la comunidad.

¿Quiénes deben vacunarse?

Personal de la salud, embarazadas en cualquier momento de la gestación, todos los niños de 6 a 24 meses, niños y adultos de 2 años a 64 años con enfermedades respiratorias, cardíacas, inmunodeficiencias congénitas o adquiridas, pacientes oncohematológicos y trasplantados, diabéticos, y personas con insuficiencia renal crónica en diálisis; personas mayores de 65 años, convivientes de enfermos oncohematológicos y convivientes de bebés prematuros menores de 1.5 kg.

Síntomas

La enfermedad se manifiesta con fiebre mayor a 38 ºC, escalofríos, malestar generalizado, decaimiento, congestión nasal, rinorrea, tos, estornudos, dolor de garganta, de cabeza y muscular.

¿Cómo reducir el contagio?

Frente a este cuadro, además de la vacunación para los grupos de riesgo indicados, para reducir el contagio es importante: lavarse frecuentemente las manos con agua y jabón, cubrirse la boca y nariz con un pañuelo descartable o con el ángulo interno del codo al toser o estornudar, desechar los pañuelos descartables inmediatamente después de usarlos, ventilar los ambientes y permitir la entrada de sol, mantener limpios picaportes y objetos de uso común, y no compartir cubiertos ni vasos.

Neumococo

Por otro lado, el neumococo es una bacteria que puede causar neumonía, meningitis o una infección del torrente sanguíneo (bacteriemia). Al igual que el virus de la influenza, se  transmite de persona a persona por vía aérea y aumenta en época invernal.

En este caso, la vacunación contra neumococo tiene como propósito no sólo reducir su incidencia, sino también minimizar dificultades e índice de mortalidad, ya que en la Argentina, la neumonía es la sexta causa de muerte en general y la quinta causa en mayores de 60, en tanto que uno de cada cuatro adultos que la contrae fallece durante el primer año de recibido el diagnóstico.

Debemos hacer hincapié en la importancia de la vacunación, dado que es una gran herramienta de prevención que impide en muchos casos que se contraiga la enfermedad y en otros actúa disminuyendo la gravedad de los síntomas y evitando complicaciones serias que derivan en largas internaciones o inclusive la muerte.

¿Quiénes deben vacunarse?

Las personas que integran el grupo de riesgo son: menores de 2 años, adultos mayores de 65 años, y personas con trastornos de la inmunidad o ciertas patologías respiratorias, cardíacas, renales, entre otras. Los mayores de 65 no requieren orden médica, mientras que las personas entre 2 y 64 años con indicación de vacuna contra neumococo, sí deben presentar una orden médica que detalle el grupo de riesgo al cual pertenecen.

En nuestro país existen 2 tipos de vacunas, quedando a criterio del médico cuál corresponde según las características del paciente. Además, cualquiera de ellas se puede aplicar conjuntamente con la vacuna antigripal.

Si bien existen tratamientos antibióticos específicos para las infecciones por neumococo, la letalidad no ha variado en los últimos 50 años, por lo que se plantea la necesidad de una estrategia preventiva a través de la inmunización.

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Enfermedades Prevención

Riñones: Factores de riesgo y cómo cuidarlos

En el mes de marzo se conmemora el Día Mundial del Riñón y, en esta oportunidad, queremos destacar la importancia de tomar conciencia para preservar su correcto desempeño y proteger nuestra salud. Conocé cuáles son los síntomas de una alteración en el funcionamiento de los riñones, y cómo cuidarlos para mantenerlos sanos.

¿Por qué es importante cuidar nuestros riñones? Se trata de órganos vitales que desempeñan funciones de limpieza y equilibrio químico de la sangre, siendo de gran relevancia para el funcionamiento general del organismo. Sin embargo, el conocimiento general sobre la enfermedad renal es mínimo y muchas veces se subestima, pero con controles y cuidados adecuados se puede prevenir.

La Enfermedad Renal Crónica (ERC) es la alteración del funcionamiento de los riñones por más de tres meses con la consiguiente pérdida gradual de sus funciones. Si bien suele ser silenciosa, presenta síntomas que podemos identificar: cambio en los hábitos de orinar y de sueño, orina espumosa, muy pálida o más oscura de lo normal; presencia de sangre en la orina, hinchazón en los tobillos, pies, piernas o manos; nauseas frecuentes, percepción de sabor metálico en los alimentos, falta de oxigeno incluso cuando no se realiza ejercicio físico, o dolor externo en la espalda. Además, la progresión y falta de control de la enfermedad renal aumenta el riesgo de padecer patologías cardiovasculares.

A nivel mundial, más del 17% de la población mayor de 20 años padece deterioro de la función renal, mientras que en la Argentina al menos 4.600.000 personas sufren algún grado de ERC y 6.1000 esperan un trasplante, lo que genera un significativo impacto negativo sobre la calidad de vida del paciente.

Entre los grupos de riesgo, se encuentran: fumadores, diabéticos, hipertensos, personas con enfermedades cardíacas o con antecedentes de ACV, con antecedentes familiares de cálculos renales o infecciones urinarias recurrentes.

Recomendaciones a seguir para proteger nuestros riñones

  • Hacer ejercicio en forma habitual, ya que esto reduce la presión arterial y el riesgo de Insuficiencia renal.
  • Controlar periódicamente la glucemia.
  • Controlar la presión arterial, que no solo afecta el riñón sino también el cerebro y el corazón.
  • Comer sano y controlar el peso. Para la mayoría de los pacientes con ERC, la dieta óptima es una dieta que consiste en frutas, verduras, legumbres, pescado, aves de corral y granos integrales. Se sugiere una ingesta calórica de 30 a 35 kcal/kg por día.
  • Reducir el consumo de sal. La ingesta recomendada es de 5-6 gramos de sal al día.
  • Reducir la ingesta diaria de proteínas a aproximadamente 0,8 gr/kg.
  • Reducir la ingesta de calcio (tanto en la dieta como en la medicación) a 1.500 mg por día.
  • Consumir alrededor de 2 litros de agua al día.
  • No fumar.
  • No tomar medicamentos sin consultar al médico.
  • Hacer controles periódicos de la función renal, sobre todo si es diabético, hipertenso, obeso y si tiene antecedentes familiares de enfermedades renales.

Es significativo puntualizar la importancia de la donación de órganos, no sólo para ayudar a pacientes con ERC, sino con diversos tipos de enfermedades, ya que un donante puede salvar hasta 7 vidas. Es tarea de cada uno de nosotros concientizar a las personas que donar un riñón u otro órgano permite salvar o mejorar la calidad de vida de muchas personas mediante un acto absolutamente voluntario, libre y altruista.

En 2016, se realizaron en Argentina 1.121 trasplantes renales, siendo 740 con donantes fallecidos y 381 con donantes vivos. Toda persona mayor de 18 años puede manifestar la voluntad afirmativa o negativa de donar órganos firmando un acta de expresión en el INCUCAI, en los organismos jurisdiccionales de ablación e implante, o en la sección Documentación de la Policía Federal; o asentándolo en el Documento Nacional de Identidad en las oficinas del Registro Civil. De no existir manifestación expresa, la Ley de Trasplante presume que la persona es donante y el organismo responsable solicita a la familia su testimonio sobre la última voluntad del fallecido.