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La importancia de la alimentación saludable en los niños: una inversión para toda la vida

Alimentar a los niños de manera saludable, incorporando productos variados y ricos en nutrientes y, además, generando hábitos en torno al “buen comer”, es fundamental para su salud presente y futura, porque durante la infancia se establecen las bases de una buena conducta alimenticia para toda la vida.

Durante los primeros años, el organismo de un niño se encuentra en crecimiento y formación, razones por las que es más vulnerable ante cualquier deficiencia nutricional. En este sentido, si bien el peso es un factor de análisis importante, no debe ser considerado como el único indicador de que un niño está teniendo una alimentación saludable, dado que existe la posibilidad de que se encuentre en un peso normal para su estatura y edad, pero que no consuma algún grupo de alimentos que sea necesario para su adecuado desarrollo.

Los problemas de desnutrición en los primeros ocho años de vida pueden traer consecuencias devastadoras y duraderas a corto plazo derivando en emergencias como también a largo plazo impidiendo el desarrollo conductual y cognitivo, el rendimiento escolar y la salud reproductiva, debilitando así la futura productividad en el trabajo. Por ello es clave realizar un seguimiento adecuado y corregir hábitos en esta etapa.

Compartimos las principales consideraciones y consejos a tener en cuenta para lograr una alimentación saludable en los niños:

  • Hay que prestar especial atención al desayuno, que es la comida más importante del día. Es por eso que tendrá que ser lo más nutritivo posible (proteínas y fibras naturales) para dotar de energía a los niños.
  • En el almuerzo y cena se sugiere elegir alimentos bajos en grasas saturadas y que contengan grasas Omega 3. Además, es recomendable reemplazar las galletas, chocolates, papas fritas, etc. que se suelen consumir a media mañana o a la tarde por colaciones más saludables como lácteos y frutas frescas.
  • La alimentación global debe ser balanceada, conteniendo vitaminas, minerales, hidratos de carbono complejos y proteínas que proporcionarán un buen crecimiento, una óptima capacidad de aprendizaje y un correcto desarrollo psicomotor.
  • La buena alimentación también reduce factores de riesgo que influyen en la aparición de algunas enfermedades como la obesidad, anemia, caries dental y problemas de aprendizaje escolar, enfermedades del corazón, presión arterial alta, diabetes y el cáncer, que en ocasiones tienen raíces que se remontan a una dieta infantil poco saludable.
  • Una alimentación variada y saludable siempre va de la mano de la actividad física. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que los niños realicen 1 hora diaria de algún tipo de actividad recreativa, ya sea andar en bicicleta, jugar en el parque, patinar, practicar natación, baile o fútbol. En este punto, el rol de los papás es clave para evitar el sedentarismo en sus hijos y motivarlos a que hagan deporte de forma divertida en lugar de pasar toda la tarde frente a una pantalla.
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Cómo detectar tempranamente las señales de un Ataque Cerebral

“El tiempo perdido es cerebro perdido”. El ataque cerebral es la segunda causa de muerte y la primera de discapacidad en adultos, sin embargo, el reconocimiento temprano de los síntomas y la búsqueda inmediata de atención médica pueden reducir considerablemente las posibilidades de fallecimiento y daños irreversibles.

¿De qué se trata? Existen dos tipos de ataques cerebrales, el más común, denominado isquémico, que se produce cuando un coágulo bloquea un vaso sanguíneo en el cerebro, y el ataque cerebral hemorrágico, que es causado por la ruptura de un vaso sanguíneo hacia adentro del cerebro. En ambos casos, las neuronas se debilitan o mueren en cuestión de minutos, ya que las células nerviosas no pueden funcionar sin oxígeno.

Los principales factores de riesgo son: hipertensión arterial (presente en casi el 80% de los pacientes que sufren un ataque cerebral en la Argentina), diabetes (el 22% de los pacientes que sufren un ataque cerebral son diabéticos), tabaquismo (aumenta el riesgo entre un 50% y un 70%, siendo mayor el impacto en las mujeres), colesterol alto y alcoholismo. En este sentido, realizar estrictos controles de la presión arterial, diabetes y enfermedades del corazón, abandonar el cigarrillo y hacer dieta y ejercicio físico bajo supervisión médica son fundamentales para prevenir el ataque cerebral.

Síntomas de alerta:
• Entumecimiento o debilidad repentinos en el rostro, brazos o piernas, especialmente de un lado del cuerpo.
• Confusión súbita, dificultad para hablar o entender.
• Problemas repentinos para ver con uno o ambos ojos.
• Dificultad repentina para caminar, mareos, pérdida de equilibrio o coordinación de los movimientos.
• Dolor de cabeza súbito y severo sin causa conocida.

En caso de identificar alguna de estas señales, hay que acostar a la persona para que no se caiga, teniendo la precaución que sea sobre uno de sus lados; llamar rápidamente al servicio de emergencias médicas, no administrar ninguna medicación y recordar la hora de inicio de síntomas para informársela a los profesionales.

Cuanto antes se haga el diagnóstico, más posibilidades de tratamiento y recuperación tendrá el paciente. Además, el descubrimiento adecuado de los motivos del ataque cerebral es fundamental para prevenir un segundo evento, que tiene probabilidad relativamente alta en estos casos

Por último, el tratamiento varía según el tipo de ataque cerebral, edad, estado de salud y el tiempo transcurrido. El más común son los anticoagulantes y antiplaquetarios y su efectividad depende de que sean aplicados dentro de las tres primeras horas de presentados los síntomas, tratando de disolver el coágulo o controlando la hemorragia. Luego, se requiere rehabilitación para ayudar a las personas a superar las secuelas causadas por el derrame.